Deuda Pública, déficit fiscal, inflación y pobreza. Por Héctor Giuliano - Revista La Defensa Nº 13 | Noviembre de 2017

Vaya al Contenido

Menu Principal:

Deuda pública, déficit fiscal, inflación y pobreza
El licenciado en Administración Héctor Luis Giuliano, autor del libro Problemática de la Deuda Pública Argentina, realiza un análisis minucioso sobre el preocupante cuadro de situación de la deuda pública, el déficit fiscal y el discurso gubernamental sobre la inflación y la pobreza.
Por Héctor Giuliano
El pasado 23.10, durante una conferencia de prensa, el presidente Macri fue preguntado acerca de si el gobierno seguirá tomando deuda o no después de las elecciones del día anterior y su contestación textual sobre este punto concreto fue la siguiente:
De esto ya hemos hablado bastante, mientras la Argentina tenga déficit fiscal como tiene va a seguir teniendo que tomar deuda porque tenemos un compromiso central que compartimos, como dije anoche, que es reducir la pobreza, y el primer camino para reducir la pobreza es bajar la inflación que es lo que más afecta a aquellos que menos tienen, con lo cual si uno no va a financiar el déficit con inflación lo tiene que financiar con deuda; es algo que como todos sabemos no podemos hacer eternamente. Por eso es tan importante seguir avanzando en esta reducción gradual del déficit fiscal que es un compromiso que asumimos desde el primer día y parte de lo que vamos a hacer de acá a fin de año es aprobar en el Congreso de la Nación un presupuesto que comprometa una reducción del déficit, que el año que viene debería ser menor al 3,2 (se refiere al porcentaje sobre PBI).
Estas declaraciones presidenciales plantean una poco clara y muy discutible interpretación acerca de la relación entre Deuda y Pobreza ya que, según tal razonamiento, la Deuda Pública se necesita para cubrir el Déficit Fiscal y este endeudamiento, a su vez, sería parte de un objetivo central de reducción de la Pobreza a través de menor Inflación.
La teoría de la necesidad de la Deuda para sufragar el Déficit del Estado Argentino es hoy,  sin embargo, tan inconsistente como contradictoria porque – por un lado - soslaya que la Deuda es también causal de Inflación (por sus efectos directos como Gasto Público y por el aumento del piso de las Tasas de Interés del Mercado) y porque – por otro lado – omite decir que el problema de la refinanciación de los vencimientos de Capital y el pago creciente de sus Intereses son la principal causa de ese Déficit, que se cubre y retro-alimenta justamente  con más Deuda.
Deuda y Déficit Fiscal
El presidente Macri afirma que la Argentina va a tener que seguir tomando deuda mientras tenga déficit fiscal cuando el principal componente explicativo de ese déficit es la deuda y sus Intereses.
La Argentina no paga un centavo por vencimientos de la deuda por capital o principal sino que renueva íntegramente sus compromisos y además aumenta en forma sistemática su stock con nuevas deudas que no tienen demostración alguna de capacidad de repago, de modo que el saldo de la deuda total aumenta indefinidamente y cada vez se pagan más intereses.
Estos intereses – que se pagan como parte del gasto corriente del Estado – constituyen hoy el principal  rubro del gasto público: suman 319.500 M$ en 2017 y pasan a 406.500 M$ en 2018.[1]Y este incremento sistemático de los intereses pesa cada vez más sobre el gasto total y lo hace a un ritmo y proporción más altos que el resto de las erogaciones fiscales.
Según las proyecciones oficiales actualizadas para el 2017 se estima un déficit fiscal de 719.000 M$[2] (633.800 M$ de déficit por resultado financiero más 95.200 M$ de intereses que se capitalizan por anatocismo[3]) y para el 2018 ese déficit total pasa a ser de 804.400 M$ (681.800 más 122.600 respectivamente). Es decir, que el gobierno Macri no disminuye sino que aumenta en valor absoluto el monto del Déficit del Estado. Y este resultado financiero se produce con y sin el anatocismo de los intereses.
Este anatocismo – que se resta de las informaciones oficiales sobre déficit fiscal porque pasa a convertirse en deuda adicional por capital – representa hoy el 30 % de los Intereses a pagar: casi un tercio de los servicios totales por este concepto. Lo que revela la gravedad de un Estado deudor que no solamente no puede pagar y refinancia íntegramente las obligaciones de Capital a su vencimiento sino que ni siquiera puede cubrir la totalidad de los intereses respectivos.
Tenemos así que – tomando como base los datos del Presupuesto 2018 y sus estimaciones para lo que resta del 2017 – los intereses de la Deuda Pública explican el 44.4 % del Déficit Fiscal del corriente ejercicio (319.500 / 719.000 M$) y pasan a ser más de la mitad para el año que viene (50.5 %: 406.500 / 804.400 M$). Ergo, lo que el presidente Macri está diciendo en la práctica es que su gobierno va a seguir tomando Deuda Pública mientras el país tenga déficit fiscal pero ese déficit va a continuar existiendo indefinidamente porque la gran mayoría de tal déficit es producido precisamente por los intereses de la Deuda.
CUADRO DE SITUACIÓN DE LA DEUDA PÚBLICA
La última información oficial disponible del Ministerio de Finanzas (MF) muestra que el saldo de la Deuda Pública al 31.3.2017 es de 298.000 MD.[4]
Ésta es sólo la deuda en cabeza del Estado Central, es decir, que no figuran aquí las deudas de Provincias, Municipios, Empresas del Estado, Organismos Nacionales y Fondos Fiduciarios ni juicios contra el Estado con sentencia en firme. Ello significa que la actual administración – como todas las anteriores – mantiene en secreto los montos totales de la Deuda Pública Nacional y no presenta demostración alguna de la capacidad de repago sobre dichas deudas, que siguen creciendo en forma extraordinaria.
La administración Macri heredó del Kirchnerismo un stock de deuda de 254.000 MD. Esta deuda – pese al discurso del des-endeudamiento K - venía de haberla incrementado en unos 100.000 MD durante sus 12 años de gestión dado que la había recibido en 151.000 MD a mediados del 2003. El nuevo gobierno Macri aumentó la deuda en unos 35.000 MD en el 2016, tiene previsto por Presupuesto un aumento adicional de la misma en más de 38.000 MD este año 2017 y propone para el Ejercicio 2018 otro aumento ulterior de unos 47.000 MD más (46.400): un total de 120.000 MD de nueva deuda en 3 años (más de la que tomó el Kirchnerismo durante su larga década de gestión).
La estructura de la Deuda Macri empeora hoy no sólo el quantum de las obligaciones (los casi 300.000 MD del último stock) sino también su composición, debido a la proporción creciente de Deuda Externa sobre Deuda Total (más del 35 %), las mayores tasas de interés (del orden de un 6-7 % anual), la menor vida promedio (7.2 años) y el monto rápida y fuertemente creciente de los intereses a pagar). Conforme al PL de Presupuesto 2018 enviado al Congreso el año que viene le caen al gobierno central vencimientos de capital por 66.600 MD y – siguiendo la regla histórica general – la totalidad de ese importe (hasta el último centavo) no se amortiza en forma neta sino que se cancela cubriendo dichas deudas con nuevas deudas, colocando en total nuevas obligaciones por valor de 113.000 MD, o sea, con el aumento adicional citado de los 46.400 MD durante el próximo ejercicio.
Esto significa que el MF Caputo estará firmando emisiones de Deuda del Estado el año que viene a un promedio de 6.000 M$ por día. Pero mientras estos vencimientos de capital se refinancian íntegramente, los intereses correspondientes – en cambio - se pagan y son parte del Gasto Público Corriente; y para el año 2018 esos pagos están previstos en 406.000 M$ (equivalentes a 21.000 MD). Son un promedio diario de 1.100 M$ por día, el equivalente de financiar un hospital público pero que se destinan a cubrir servicios de la deuda financiera del Estado.
Con el agravante que no todo este importe de intereses se paga sino que un 30 % de los mismos no se puede pagar y se capitaliza entonces por anatocismo, que es el interés devengado y no pagado que se transforma en capital y devenga nuevos intereses. Por eso el anatocismo es el sinónimo de la Usura dado que cuando un deudor – como la Argentina de hoy – no devuelve un centavo de capital ni puede abonar la totalidad de los intereses de la Deuda, ello quiere decir que ese deudor – el gobierno Macri – se encuentra en una crisis de Deuda en estado crítico.
Según el PL de Presupuesto 2018 los Intereses son el principal rubro neto del Gasto Público: 28 de cada 100 $ que gasta la Administración Central – casi una tercera parte (1:3) – se destinan al pago de estos servicios y, como dijimos, no todos se abonan.
Ergo, los Intereses son el principal rubro del Gasto del Estado y, consecuentemente, el principal factor determinante del Déficit Fiscal. Y la única respuesta de la administración Macri frente a este macro-problema de la deuda es seguir tomando más Deuda. Sin esta Política institucional de Gobernar con Deuda la administración Macri perdería automáticamente tanto su estabilidad financiera como su estabilidad política.
DESEQUILIBRIO FINANCIERO FISCAL
Debido a la distorsión financiera estructural de las Finanzas Públicas, producida por la Política de Endeudamiento sistemático sin capacidad de repago, el gobierno Macri es un gobierno deuda-dependiente y, como tal, sujeto a los condicionamientos de los grupos acreedores del Estado Nacional.
Según el PL de Presupuesto – que es el que van a tener que votar o no los legisladores electos el 22.10 – está previsto que se  gaste más en Intereses de la Deuda (406.000 M$) que en Educación (163.000 M$), que en Ciencia/Tecnología (19.000 M$), que en Salud (57.000 M$), que en Defensa (117.000 M$) y que en Seguridad (121.000 M$). La Inversión Pública – de 210.000 M$ - es la mitad de lo que se paga de Intereses y la relación entre los vencimientos de Capital de la Deuda y el pago de Intereses totales es de 3 a 1.
Con los agravantes anotados en el punto precedente acerca de la incidencia anual y promedios diarios que tales vencimientos implican. Todos los medios y la prensa del establishment, el oficialismo macrista, gran parte de la partidocracia del sistema y la mayoría de los sectores empresariales privados y sus opinólogos viven lamentándose del alto Gasto Público Argentino y del consiguiente Déficit Fiscal que el mismo genera para el Estado pero todos soslayan mencionar siquiera que el principal rubro de ese gasto oficial y la causa de ese Déficit que denostan es la Deuda Pública y sus Intereses.
Ante la gravedad de la situación, los acreedores del Estado – fundamentalmente los acreedores externos – le estén exigiendo a la administración Macri una serie de reformas estructurales que les garanticen que el país va a poder seguir pagando los intereses de la Deuda Pública y, simultáneamente, tomando más endeudamiento aún; y para ello el gobierno necesita lograr y/o combinar mayorías parlamentarias que requieren sus proyectos de ley necesarios para las reformas estructurales previstas con el refuerzo de los nuevos legisladores que el Pueblo va a votar este 22.10.
DEUDA Y POLÍTICA DEL BANCO CENTRAL
El BCRA es el principal sostén interno del sistema de la deuda pública perpetua del Estado Argentino: un sistema organizado sobre la base de una deuda Impagable, con un crecimiento continuo de nuevas deudas sin capacidad de repago, con el aumento más que proporcional de los intereses a pagar por dicha deuda y con el consecuente déficit fiscal creciente que se cubre con más deuda.
Como la recaudación tributaria – impositiva y previsional – es en pesos pero el gobierno tiene que pagar cada vez más deudas en moneda extranjera el Fisco necesita tener un tipo de cambio bajo (dólar retrasado) de modo que dicha recaudación pueda convertirse en mayor cantidad de divisas para poder atender los servicios de la deuda externa y también de la deuda interna en dólares.
Para mantener este atraso cambiario el BCRA sube las tasas de interés, a los efectos de atraer capitales especulativos – que son transitorios o golondrina – con los que cubre tres objetivos a la vez: 1. Consigue divisas – vía endeudamiento - para sostener niveles artificiales de reservas internacionales, 2. Aguanta un stock de intervención para poder atender las necesidades de pagos externos del Tesoro, y 3. Favorece los negocios especulativos de los excedentes de capitales financieros privados existentes en el Mundo, que logran así récords de ganancias a costa de los fondos de nuestro país.
El BCRA dice que sube y mantiene elevadas las Tasas de Interés como instrumento contra la Inflación interna pero esta política se ha revelado inoperante hasta el presente para bajar los precios mientras que, en cambio, ha servido para mantener controlada y retrasada la cotización del dólar, que sería el verdadero objetivo concreto de la política de retraso cambiario. Porque, en los hechos, el BCRA no defiende el valor del Peso – carcomido por una inflación que no cesa y del que las altas tasas de interés son también parte componente – sino el valor del Dólar, que el gobierno necesita estable y retrasado para poder garantizar a los acreedores de la Deuda su capacidad de sostener el pago de los intereses crecientes.
La Deuda cuasi-fiscal de Lebacs que el BCRA usa para comprar reservas – una masa hoy de 1.1 B$ (Billones de Pesos) que genera una mayúscula sangría financiera por intereses superior a los 270.000 M$ anuales - y los déficits gemelos nuevamente existentes – Fiscal y Externo – del Estado Central han metido a la administración Macri en un callejón sin salida del que su administración, con total irresponsabilidad financiero-fiscal, pretende salir con la receta de sortear la actual nueva Crisis de Deuda precisamente con más Endeudamiento Público.
Deuda y Pobreza
Una segunda afirmación importante del presidente es tan notable como la primera: que tenemos que seguir tomando Deuda para cumplir un objetivo central de reducir la Pobreza.
Para ello Macri dice que el primer camino para bajar la pobreza es bajar la Inflación y que como ésta es causada por la Emisión Monetaria el Déficit Fiscal tiene que ser financiado con Deuda.
Más este razonamiento conlleva tres errores de pre-concepto concurrentes:
  1. El primer error es      que la emisión de dinero no produce Inflación per sé sino según el destino cualitativo de tales emisiones;      porque no es lo mismo imprimir billetes para financiar gasto público      improductivo – como son los Intereses que se pagan sobre la Deuda      Financiera del Estado – que hacerlo para financiar con recursos monetarios      propios Obras Públicas y/o de Infra-estructura, que generan Producción y      Trabajo.
Tal concepción monetarista de la Inflación se contrapone a la Teoría Cualitativa de la Moneda – formulada hace décadas por el profesor Walter Beveraggi Allende – según la cual el efecto inflacionario de la emisión monetaria no depende del origen fáctico de la emisión sino del destino de los fondos que son objeto de esa emisión de dinero por parte del Estado.
  1. El segundo error      es que la falta de Trabajo y el aumento de la Pobreza no dependen tanto de      la Inflación ni del Déficit Fiscal como de los planes de ajuste recesivos      que los gobiernos llevan a cabo para cubrir el problema de su Deuda      Pública, por Capital e Intereses, como ocurre en nuestro caso.
  2. Y el tercer error      es que, siguiendo incluso parte del razonamiento oficial al respecto, la      Deuda – como principal factor de crecimiento del Gasto Público – es hoy el      primer condicionante del Déficit Fiscal; ese mismo déficit que el gobierno      Macri utiliza como argumento del mayor endeudamiento del Estado y como      excusa para vincularlo como paliativo de la Pobreza.
El aumento del Gasto Público y el Déficit Fiscal así como el incremento de la Inflación y la Pobreza no son la causa determinante de los problemas económico-financieros de la Argentina actual sino el producto inexorable de un Sistema de Deuda Perpetua que se mantiene como Política de Estado.
Con el agravante que el presidente Macri, en un intento de justificar su Política de Gobernar con Deuda, pretende plantear que la alternativa de emisión monetaria sin respaldo es peor que su irresponsable Política de Endeudamiento Público en gran escala sin la más mínima capacidad de repago.
Lic. Héctor L. GIULIANO
Buenos Aires, 20.10.2017
*El licenciado en Administración Héctor Luis Giuliano, autor del libro Problemática de la Deuda Pública Argentina, realiza un análisis minucioso sobre el preocupante cuadro de situación de la deuda pública, el déficit fiscal y el discurso gubernamental sobre la inflación y la pobreza.
 
Archivo: GIULIANO ARTICULO 2017 10 23 DP Y ELEC OCTUBRE.doc
 

 
   
 
[1] Los Intereses de la Deuda para el 2018 – según el Proyecto de Ley (PL) enviado al Congreso – constituyen el 15 % del Gasto Público Total pero son, en realidad, el 28 % del Gasto de la Administración Central, que es la que verdaderamente carga con el pago de estos intereses, lo que equivale a decir que casi 1 de cada 3 pesos que se gasta corresponde al servicio de Intereses.
 
 
 
[2] Las abreviaturas M$/MD significan Millones de Pesos/Dólares respectivamente y se expresan siempre con redondeo, por lo que pueden darse mínimas diferencias entre totales y sumatoria de términos.
 
 
 
[3]  El anatocismo es la capitalización de intereses devengados y no pagados, que se transforman así en Capital y generan consecuentemente nuevos intereses en función del Interés Compuesto. Ello significa que el deudor – en este caso el Estado Argentino – no puede cubrir la totalidad de  los intereses a pagar y procede entonces a refinanciar una gran parte de los mismos vía capitalización. El anatocismo, bajo estas condiciones, es sinónimo de la Usura.
 
 
 
 
[4] Las abreviaturas MD/M$ significan Millones de Dólares/Pesos respectivamente y se expresan siempre con redondeo, por lo que pueden darse mínimas diferencias entre totales y sumatoria de términos.
 
 
Regreso al contenido | Regreso al menu principal